Corps

Los occidentales suelen tener dificultades para conectarse plenamente con sus cuerpos. Llenan sus mentes con nuevas técnicas y especulaciones intelectuales, pero, a pesar de las buenas intenciones, estas actividades no aportan verdadero significado al cuerpo en el día a día. Aunque se utiliza a cada momento, al cuerpo muchas veces le falta atención y respeto.

La transmisión, en todas sus formas, se arraiga en nuestras sensaciones. Nuestra experiencia de libertad, de bienestar, de la vida misma, se nos transmite a través de los cinco sentidos. El cuerpo no puede contentarse con una “mezcla” de conocimientos; maltratado y descuidado con el tiempo, eventualmente se expresa, ya sea a través de rebelión o mediante signos de malestar.

Para que la vida cotidiana sea una experiencia integrada, es fundamental respetar el capital energético del cuerpo y darle tiempo para asimilar las emociones y tensiones acumuladas. Hacer pausas, redescubrir la inspiración y la exhalación significa reconectar de forma natural con nuestra energía y la naturaleza profunda del cuerpo.

Nuestras experiencias nos recuerdan la realidad de la existencia, y es a través de la relajación del cuerpo que nos unimos con el alma y el espíritu, accediendo así a todas las formas de curación. La Naturaleza actúa en cada uno de nosotros como Reconciliadora, porque el cuerpo es el portador de nuestra energía y la razón misma de nuestro Ser.