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Astrología

un poco de historia
Elegir una consulta astrológica significa ofrecerse un espacio de observación sin juicios, donde los mecanismos de la personalidad se revelan hasta el punto de permitirnos vislumbrar la profundidad del alma. Este camino hacia el autoconocimiento nos lleva a asumir la plena responsabilidad de nuestra existencia, a abrazar con lucidez nuestro potencial.
No es una intervención “mágica” que solucionará todos los problemas, ni una predicción para evitar todas las dificultades futuras. Profundizar en nuestro funcionamiento psíquico arroja luz sobre la forma en que vivimos nuestra vida diaria. Este espejo, rico en lecciones, nos invita a dar un paso atrás en nuestra historia personal, abriendo así el camino hacia la realización de nuestro verdadero potencial.
En la época del matriarcado (la Gran Diosa Madre), y del paganismo, la observación del cielo se centraba en los ciclos de la Luna, era el principio femenino el que reinaba en la vida cotidiana dividiendo "el año" en 28 etapas lunares. Estas sociedades “arcaicas” estaban entonces íntimamente ligadas al cosmos (macrocosmos y microcosmos siguen siendo uno), sólo al desligarse de estos principios fueron separando gradualmente el espíritu de la materia para acercarse al concepto de un solo Dios que luego se materializaría. a través de las religiones adámicas y el establecimiento del patriarcado.
Este cambio de paradigma, Matriarcado, lunar/Patriarcado, solar es decisivo, la humanidad pasa de la simbiosis a la separación, de lo subjetivo a lo objetivo, el concepto temporal cambia, del infinito a lo finito lineal. El individuo ya no depende del cerebro derecho (sueño, simbólico, místico) sino del izquierdo (pragmático, causalista). El estudio del cielo evoluciona según la relación que el hombre tiene con el cosmos y su propio mundo interior. De un concepto astral lunar, la humanidad pasa a un acercamiento solar, la tribu da paso al individuo.
La astrología tal como la conocemos hoy nació en Mesopotamia, entre los ríos Éufrates y Tigris (actual Irak), hace unos 3.000 años, en pleno corazón de la gran era de Babilonia. El final de la era sumeria marcó el inicio de un período de descubrimientos notables, durante el cual esta civilización, pionera de la escritura cuneiforme, se embarcó también en la clasificación sistemática de los movimientos planetarios.
Los primeros “sacerdotes astrólogos”, que observaron el movimiento de las estrellas sobre un fondo de estrellas aparentemente fijas, fueron los primeros en cartografiar el cielo, separando el curso del Sol, la Luna y los planetas de este fondo estelar. Estas observaciones permitieron ir bautizando las constelaciones, inspirándose en relatos mitológicos como la epopeya más antigua de la humanidad, “La Epopeya de Gilgamesh”. A partir de ahí, los astrólogos materializaron estas constelaciones en un círculo de 360 grados, expresando así el ciclo de las estaciones dentro del año solar.
Así nació el Zodíaco, un concepto sagrado y cíclico que influiría en las culturas durante milenios.
Estos pioneros de la “ciencia de lo sagrado” –sacerdotes, magos, hechiceros, comerciantes, agricultores y reyes– anticiparon la importancia de las influencias astrales, buscando alinear sus decisiones y acciones con los movimientos celestiales para aprovechar las energías cósmicas. Al vincular las estrellas con el destino humano, sentaron las bases de una astrología que sigue siendo un mapa simbólico de nuestra relación con el universo, permitiéndonos tomar decisiones en armonía con los ciclos naturales.
Basada en milenios de observación y cuestionamiento, la astrología nos invita a revisar el estudio de los símbolos y los ciclos desde una nueva perspectiva. Enriquecido hoy por los avances de la psicología y el psicoanálisis, se revela como un puente entre lo visible y lo invisible, un sistema de comprensión filosófica que explora la relación del hombre con el universo, con su propia divinidad y consigo mismo. Refleja una búsqueda de significado donde el hombre, hecho a imagen del cosmos, teje un diálogo íntimo con su propia naturaleza profunda.
En un mundo donde la experiencia espiritual es cada vez más accesible, muchas personas informan sobre estados expandidos de conciencia, desde experiencias cercanas a la muerte (ECM) hasta fenómenos extracorporales, telepatía, viajes astrales y percepción de presencias o entidades invisibles.
Otros, durante sesiones de hipnosis o meditación profunda, describen lugares o situaciones futuras antes de descubrirlas en su realidad. Algunos relatan experiencias sorprendentes, como la capacidad espontánea de comprender y hablar una lengua extranjera que nunca habían aprendido.
La astrología, al abrirse a estas dimensiones del ser, se convierte en una herramienta para integrar los misterios de la conciencia y las energías que conectan al hombre con el universo, una guía preciosa para explorar estas fronteras invisibles e integrarse en la búsqueda del equilibrio interior.

Esta dimensión escapa a los límites del universo racionalista. Fuera de la mente cartesiana, a veces aprisionada por el cientificismo, estas experiencias invitan a una profunda reflexión interior, especialmente cuando acontecimientos aparentemente banales coinciden para revelar percepciones de otro orden. Son señales que te invitan a considerar las grandes cuestiones existenciales, a hacer un balance de tu vida y a explorar tu propio camino espiritual.
Lo que hoy llamamos “fenómenos paranormales” siempre han sido familiares para los grandes místicos, que nos han hablado de ellos desde el principio de los tiempos.
Con cada encarnación, el alma toma un cuerpo para progresar en su evolución, buscando perfeccionar sus cualidades y trascender sus sombras. Aquí es donde la astrología encuentra su vínculo natural con la psicología profunda: ilumina desde el nacimiento las actitudes y comportamientos propios de la personalidad de cada persona, revelando sus fortalezas y vulnerabilidades. Según la Tradición, el alma se juzga a sí misma entre cada vida y reencarna cuando se reúnen las condiciones propicias para su transformación, ofreciéndole así la oportunidad de reparar lo que no pudo realizar en la existencia anterior.
Como dijo Goethe: “Quien no comprende el pasado está condenado a revivirlo”. » La astrología, como herramienta de autoconocimiento, se convierte entonces en un medio para alinear las acciones presentes con las lecciones acumuladas, ilustrando el dicho ancestral: se cosecha lo que se siembra.

¿Qué es una carta natal?
La carta natal, también llamada carta astral, es un mapa geográfico del cielo elaborado en el momento preciso del nacimiento de una persona, a partir de datos astronómicos proporcionados por las efemérides. Estas tablas indican la posición de los objetos celestes (su signo, su casa y, a veces, incluso su velocidad) y ayudan a capturar la energía cósmica única presente en el momento de su llegada a la Tierra.
Este concentrado de energías sociológicas, temporales, geográficas, kármicas y transgeneracionales constituye un verdadero equipaje para el alma. La carta natal constituye así la herramienta de evolución que el alma ha elegido para esta encarnación, proporcionando puntos de referencia y dinámicas específicas que guiarán su progreso en esta vida.
La elaboración, análisis e interpretación de esta “carta natal”, verdadera tarjeta de identidad cósmica, permite definir el perfil psicológico del consultor así como los desafíos específicos que su alma ha elegido explorar. La astrología moderna ya no se limita a “predecir el futuro” basándose en la carta natal, sino que hoy invita a todos a adoptar una filosofía de vida. Arroja luz sobre los grandes e inevitables ciclos de la existencia y, según las elecciones o no elecciones del consultor, le orienta hacia el camino que más le evoluciona.
La carta natal es ante todo una herramienta de autoconocimiento, que ofrece una valiosa ayuda para transmutar nuestra “escoria” y potenciar nuestros talentos innatos. Colorido e influenciado por nuestra cultura, nuestra educación y las experiencias acumuladas en nuestras vidas pasadas, fomenta la superación personal que también contribuye a la evolución colectiva. Cada progresión individual se convierte así en una piedra añadida a la construcción de la humanidad, donde cada persona trabaja para revelar la riqueza de su ser profundo para participar en el despertar global.
Qu’est-ce que les transits planétaires ?
Los tránsitos planetarios constituyen una herramienta esencial en astrología, muchas veces utilizada para complementar el estudio de la carta natal o la revolución solar. Gracias a las efemérides y a los avances de los software modernos, el astrólogo, basándose en 3.000 años de observación de los ciclos planetarios, puede determinar durante un período determinado la influencia armoniosa o disonante de los planetas en movimiento.
Los tránsitos se analizan con base en la carta natal del consultor y las posiciones actuales de los planetas, observando sus interacciones y los patrones energéticos resultantes. Cada planeta, con su propio ritmo y cadencia, atraviesa ciclos específicos que activan determinadas conductas o patrones psicológicos, permitiendo anticipar situaciones de repetición o transformación. Este análisis destaca momentos favorables para la toma de decisiones importantes, proporcionando así una valiosa orientación.
Según el astrólogo humanista Dane Rudhyar, los planetas simbolizan arquetipos filosóficos y su movimiento a lo largo del tiempo indica períodos en los que estas energías arquetípicas pueden estimular la evolución del consultor. Los tránsitos planetarios se convierten así en desencadenantes del despertar, animándonos a aprovechar las oportunidades de crecimiento personal y a comprender más profundamente las lecciones de la vida.
El hombre evoluciona en un planeta vivo, la Tierra, que gira sobre sí misma y alrededor del Sol en un movimiento armonioso dentro del Sistema Solar. Estos movimientos y dependencias celestiales tejen una cultura existencial, influyendo en nuestro desarrollo íntimo y colectivo. Los planetas actúan como fuerzas intercesoras, estimulando la evolución de nuestra psique y dirigiendo el camino de nuestra vida. Los tránsitos y ciclos planetarios influyen así en nuestro destino y reflejan las etapas esenciales de nuestro viaje.
Mientras que la psicología clásica, particularmente la freudiana, sitúa el origen de la personalidad en el ámbito familiar (a través del complejo de Edipo y la relación entre padres e hijos), la astrología ofrece un enfoque más global. Un profundo estudio astrológico revela el perfil identitario y las huellas emocionales inscritas en cada persona desde su nacimiento. Estas huellas pueden ser el resultado de traumas pasados, alojados en la psique, o de influencias transmitidas de generación en generación.
A través del análisis de las posiciones planetarias en la carta natal, se revelan recursos y potenciales únicos. Estas crónicas íntimas, que podríamos llamar “memorias akáshicas”, se refieren a una especie de biblioteca universal donde se registran todas las experiencias pasadas, presentes y futuras del alma. Este vínculo del microcosmos al macrocosmos simboliza un intercambio continuo con el universo, abriendo perspectivas de evolución y sanación profunda.
Un estudio personalizado y consciente de estas influencias puede ofrecer al investigador una guía tranquilizadora y esclarecedora, permitiéndole comprender mejor el camino a seguir. Este enfoque constituye un trabajo psíquico profundo, que ilumina la naturaleza del alma y promueve una integración más armoniosa de las experiencias de la vida.

¿Qué es una revolución solar?
La Revolución Solar es una técnica astrológica basada en el ciclo anual del Sol. Durante el año solar, el Sol recorre los 360° del zodíaco, avanzando aproximadamente un grado cada día, hasta regresar a su punto de partida. Este regreso simbólico en el momento del aniversario marca un nuevo y energético punto de partida, que influirá en las principales tendencias del año venidero. En estos cálculos también entran en juego otros parámetros, como la precesión de los equinoccios.
Utilizando efemérides y software de astrología, el astrólogo crea una “instantánea” de los tránsitos planetarios en el momento preciso en que el Sol regresa a su posición natal. Esta instantánea celestial, llamada Revolución Solar, se toma cada año alrededor de la fecha del aniversario para brindar una perspectiva de las influencias planetarias del año. Al elaborar esta carta anual a partir de la carta natal y observar la progresión de los planetas, el astrólogo puede interpretar los ciclos y las interacciones planetarias con una visión global y profunda.
El estudio de la Revolución Solar permite identificar las principales tendencias del año, ofreciendo indicaciones sobre posibles grandes acontecimientos: proyectos importantes a realizar, viajes y desplazamientos, salud e incluso períodos propicios para intervenciones específicas (como. una operación quirúrgica). Al vincular los tránsitos planetarios con estos aspectos clave, el astrólogo ayuda a tomar decisiones informadas para el próximo año, respetando las influencias celestiales como guías para el desarrollo personal y espiritual.
Astrología Kármica
L’astrologie karmique s’appuie sur la philosophie de la réincarnation, une vision ancrée dans les sciences du sacré, les traditions tibétaines, la profondeur de la mythologie et les lois universelles de la création. Elle permet d'explorer le karma, principe bien connu en Orient et souvent résumé en Occident par l’expression : "Nous récoltons ce que nous avons semé." Cette loi de rétribution, régissant causes et effets, transcende les dogmes religieux et les notions de culpabilité divine pour offrir une compréhension universelle des conséquences de nos actions.
L’astrologie karmique établit un pont entre notre vie actuelle et notre passé lointain, permettant d’appréhender les défis présents avec une conscience éclairée. En comprenant nos expériences passées, nous pouvons briser les cycles répétitifs dans lesquels l’âme peut se trouver enfermée et, de ce fait, passer du cercle fermé des schémas de répétition à la spirale évolutive de la conscience.
Cette étude s’appuie sur plusieurs éléments clés :
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Les Nœuds lunaires et leurs Régents Karmiques.
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Les transits des Nœuds lunaires sur les planètes natales.
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Les Planètes rétrogrades et leurs progressions.
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La Lune noire et sa position dans les signes.
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Chiron et la Part de Fortune.
Les planètes rétrogrades dans un thème natal symbolisent une énergie qui opère de manière introspective, comme un retour vers l’intérieur. Dans leur mouvement apparent à rebours, ces planètes évoquent un processus d’introspection qui remet en question certains aspects de la personnalité, indiquant souvent des missions inachevées, des qualités mal exploitées ou des efforts incomplets dans des vies antérieures. Par exemple, une planète rétrograde peut signifier une capacité qui fut utilisée à des fins purement personnelles dans le passé. Dans cette vie, la liberté d’action associée à cette planète pourrait être limitée pour éviter une répétition de cette erreur.
Une fois le thème natal élaboré et interprété, la lecture karmique affine la compréhension de votre chemin de vie et peut indiquer des réorientations potentielles. Elle ouvre des perspectives sur des énergies à explorer et des talents à développer, offrant ainsi une feuille de route pour évoluer vers un avenir plus libre et conscient.
“La condición humana está situada y anticuada, pero ni el idealista ni el materialista la aprecian sanamente. El que entendería la vida en su entorno cósmico.
se basaría en bases sólidas. »
Paul Masson-Oursel